Se agudiza el hambre por conflictos en el mundo, señala estudio

Ginebra, 16 oct (Prensa Latina) El hambre exacerbada por los conflictos en el mundo se cobra hasta 21 mil vidas diarias, lo que denota las deficiencias en las iniciativas de paz, estimó hoy Oxfam Intermón.


Entre siete mil y 21 mil personas mueren cada día por falta de comida en países donde hay confrontaciones violentas, señaló la organización no gubernamental española, integrante de la red Oxfam, compuesta por entidades de diferentes partes del orbe.


El informe, titulado «Food Wars» (Guerras alimentarias), contempla la situación en 54 Estados y concluye que la hambruna no solo responde a la destrucción por la guerra: las partes beligerantes están usando los alimentos como arma, lanzando ataques contra las infraestructuras alimentarias, hídricas y energéticas y bloqueando la ayuda alimentaria de forma deliberada.


«En un mundo asolado por los conflictos, el hambre se ha convertido en un arma letal del que las partes hacen uso, contradiciendo las leyes internacionales y provocando un alarmante aumento de las muertes y el sufrimiento», expuso el responsable de Seguridad Alimentaria y Económica de Oxfam Intermón, Emily Farr.


Las crisis alimentarias actuales son en gran medida provocadas; cerca de medio millón de habitantes en Gaza (territorio palestino ocupado por Israel) y más de 750 mil en Sudán son víctimas concretas, refirió el analista.


Además, con demasiada frecuencia las iniciativas para lograr la consolidación de la paz y la reconstrucción tras los conflictos buscan fomentar la inversión extranjera e incentivar economías basadas en la exportación.


Sin embargo, advirtió, las tendencias liberales en materia económica generan mayor desigualdad y sufrimiento, y pueden llegar a reavivar los conflictos.


No es casualidad que sean los países ricos en recursos naturales los que a menudo sufran guerras, desplazamientos y niveles de hambre, cuya combinación resulte letal, abundó Farr.


También, con demasiada frecuencia, las inversiones privadas a gran escala extranjeras y nacionales, «han agravado la inestabilidad política y económica de estos países, donde los inversores se hacen con el control de la tierra y los recursos hídricos, obligando a la población a abandonar sus hogares», afirmó.


Para romper el círculo vicioso de la inseguridad alimentaria y los conflictos, recomendó, los líderes mundiales deben abordar de frente las condiciones generadoras: el legado colonial, las injusticias, las violaciones de los derechos humanos, y las desigualdades, en lugar de ofrecer soluciones rápidas que solamente funcionan como parches.


No podemos poner fin al problema limitándonos a inyectar inversión extranjera en países asolados por ellos, sin abordar las verdaderas causas de las profundas desigualdades, los agravios generacionales y las violaciones de lo